28 ago 2011

LA LEYENDA DEL JAZMÍN




La leyenda del Jazmín



Una leyenda árabe cuenta que había una vez:



Una joven beduina, de nombre Jasmine, que vivía en el desierto alegre, libre y feliz, y para protegerse de los ardientes rayos del sol cubría su bello rostro con cientos, miles, de velos de bellos colores.
Y dice la leyenda que un príncipe bereber supo de su historia y al desierto fue a buscarla, la descubrió entre dunas y arenas, caminando con ese porte que solo las diosas emanan al caminar. Enamorado de aquella misteriosa mujer la pidió en matrimonio, le ofreció su palacio y todas sus riquezas.
Ella le vio tan apuesto tan gallardo que aceptó su ofrecimiento y casó con él. Pero los muros la atraparon entre paredes pintadas, copas de plata y rosas de papel, ¡se sintió morir dentro de aquella jaula de oropel!.
Escapó una noche a lomos de corcel hasta sumergirse en las arenas del desierto más cercano, allí se despojó de sus velos y ropajes y ya amaneciendo expuso todo su cuerpo al sol.
El sol descubrió su rostro y ante tanta belleza quedó tan prendado, tanto de su hermosura, que la transformó en un JAZMÍN...



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LA LEYENDA DEL JAZMÍN




La leyenda del Jazmín



Una leyenda árabe cuenta que había una vez:



Una joven beduina, de nombre Jasmine, que vivía en el desierto alegre, libre y feliz, y para protegerse de los ardientes rayos del sol cubría su bello rostro con cientos, miles, de velos de bellos colores.
Y dice la leyenda que un príncipe bereber supo de su historia y al desierto fue a buscarla, la descubrió entre dunas y arenas, caminando con ese porte que solo las diosas emanan al caminar. Enamorado de aquella misteriosa mujer la pidió en matrimonio, le ofreció su palacio y todas sus riquezas.
Ella le vio tan apuesto tan gallardo que aceptó su ofrecimiento y casó con él. Pero los muros la atraparon entre paredes pintadas, copas de plata y rosas de papel, ¡se sintió morir dentro de aquella jaula de oropel!.
Escapó una noche a lomos de corcel hasta sumergirse en las arenas del desierto más cercano, allí se despojó de sus velos y ropajes y ya amaneciendo expuso todo su cuerpo al sol.
El sol descubrió su rostro y ante tanta belleza quedó tan prendado, tanto de su hermosura, que la transformó en un JAZMÍN...



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