La leyenda del
Jazmín
Una leyenda árabe cuenta
que había una vez:
Una joven beduina, de
nombre Jasmine, que vivía en el desierto alegre, libre y feliz, y para
protegerse de los ardientes rayos del sol cubría su bello rostro con cientos,
miles, de velos de bellos colores.
Y dice la leyenda que un
príncipe bereber supo de su historia y al desierto fue a buscarla, la descubrió
entre dunas y arenas, caminando con ese porte que solo las diosas emanan al
caminar. Enamorado de aquella misteriosa mujer la pidió en matrimonio, le
ofreció su palacio y todas sus riquezas.
Ella le vio tan apuesto tan
gallardo que aceptó su ofrecimiento y casó con él. Pero los muros la atraparon
entre paredes pintadas, copas de plata y rosas de papel, ¡se sintió morir
dentro de aquella jaula de oropel!.
Escapó una noche a lomos de
corcel hasta sumergirse en las arenas del desierto más cercano, allí se despojó
de sus velos y ropajes y ya amaneciendo expuso todo su cuerpo al sol.
El sol descubrió su rostro
y ante tanta belleza quedó tan prendado, tanto de su hermosura, que la
transformó en un JAZMÍN...
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